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martes, 20 de septiembre de 2011

En un caso asi, besar no es un pecado


Ninguno de los dos sabe nadar.

Estas en la cubierta de un buque, charlando amigablemente con la mujer del capital.

De pronto, cede la barandilla y caeis al agua los dos.

Unes entonces tus labios a los suyos, como que la besaras.
Nos os entrara asi agua en los pulmones a ninguno de los dos y, al aspirar tu el oxigeno de los pulmones de ella y ella el de los tuyos, podreis resistir hasta que bajen los socorros y lleguen a vosotros, os devuelvan a la cubierta y el capitan os abraze muy fuerte a los dos porque os habeis salvado mutuamente con aquel beso.

Julio Ceron

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