Reclamo el derecho a la apatía.
El derecho a meter la cabeza bajo la almohada, a no salir de casa. A no ver el lado positivo de lo que no lo tiene, a no reír la puta gracia a lo-que-no-lo-tiene. A poner los puntos sobre las íes. A decir bien alto y bien claro que por ahí no, que no tengo ganas, que no quiero.
A rechazar el optimismo obligatorio, la positividad por decreto.
La ultra-motivación del runner que si quiere, puede. Hazlo. No seas un loser. Cómete el mundo. Sonríe. Impossible is nothing.
Los cojones.
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