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martes, 5 de marzo de 2013

Hernandez Leon

Mis padres se separaron cuando yo tenía unos tres años, tres o cinco.

Aun a día de hoy no se muy bien los motivos, por un lado había un motivo económico, en el que mi abuelo dejo una herencia a nombre de sus nietos y mi padre no quiso y acabo robándonosla o algo por el estilo. Esa es la historia que he escuchado siempre. Hace poco mi padre me contó otra: El tenía un negocio, y mi madre puso dinero en la sociedad para ayudarle, pero un día lo saco sin contárselo para comprarse un piso poniéndolo a su nombre. Así que sea por lo que sea, creo que el dinero estaba bastante detrás.

Igualmente mi padre no era una persona muy fácil que digamos. De recién casados en un cabreo tiro un plato de espaguetis en mitad del salón, mi madre le dijo que lo iba a recoger él. El plato se quedo 4 días en el suelo, cada vez que entraban al salón lo tenían que sortear, hasta que mi padre contrato a una empleada para que viniera a recoger el plato. O la vez en que mi padre se enfado con mi madre, ella tenía un partido de padel con sus amigas, así que le  pincho las ruedas del coche para que no se pudiera ir a jugar. Otra historia, para que os imagineis a mi padre, mi hermano era un poco pirómano de pequeño, así que mi padre para que aprendiera lo que podía pasar si se juega con fuego, le quemo, empezó a encender cerillas y se las tiraba a la cara, ...

Entre la separación y el divorcio, llegaron a estar unos ocho años en pleitos. La peor parada fue mi hermana, que firmo a favor de mi madre unos papeles, y mi padre le dijo de hablar 2 años. De llamarla ella para felicitarle las navidades y el pedirle que por favor no le vuelva a llamar que no quería saber nada de ella.

En esa época iba al Saint choumond, lo odiaba, el francés era dificilísimo, no tenia amigas y las profesoras eran una perras. Fue una época horrible.




Cuando a mi me tocaba ir a ver a mi padre, él no sabia que hacer conmigo, que hablar. Comíamos viendo la TV, cenábamos viendo la TV, y realmente la mayor parte del tiempo que se suponía que era para estar con él, estaba con mi abuela, porque mi padre no sabe hacer otra cosa que no sea trabajar.

En uno de esos días, siendo yo aun pequeña, con unos siete años. La hija de la empleada de mi padre me tocaba, me enseño a masturbarme y quería que yo la masturbara a ella. Esto nunca me causo un trauma, no fue a la fuerza. Lo difícil es cuando lo haces delante de tu madre y te dice que eso no se puede hacer, aun siendo pequeña te das cuenta que es algo que esta mal, pero no entiendes que pasa, me daba placer, pero estaba mal hecho. Así que se juntaba que tu madre te decía que no, que se lo contabas a tus compañeras del colegio y eras la rara de clase, luego un poco mas mayor con 9 años haces la comunión y la religión te dice que eso es un pecado. No entiendes nada, nadie te explica nada, estas mucho más adelantada de lo que debería ser.

Mi hermano al principio de la separación se quedo con mi madre, pero en un par de años decidió que se quería ir a vivir con mi padre. Yo dormía con el en la habitación, y un día, como mi padre, desapareció.

Mi madre empezó una relación un nuevo hombre, Jose. Yo le odiaba. Solo les recuerdo peleando y discutiendo. Me caía fatal, ahora recordándole era una buena persona, pero no podía con él. Murió de un tumor cerebral y yo había deseado su muerte unos meses antes de que se lo detectaran. 

Por suerte, en sexto de primaria, me cambie de colegio al Montealto. Ese fue el principio del fin. El principio de la felicidad. El principio de una nueva vida

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